Las obras en pinturas al óleo realizadas por el artista Luciano García Echegoyen a partir de registros visuales de los pueblos fueguinos, buscan resistir al olvido, al exterminio, al genocidio y el etnoicidio de los pueblos originarios, a partir de una exposición que estará abierta al público entre el 10 de octubre y el viernes 9 de noviembre. La inauguración de esta exposición inédita se realizará el día miércoles 17 de octubre, a las 18:30 hrs. en Casa Memoria José Domingo Cañas, con la participación de la agrupación musical AKAINIK, la cual se propone hacer música Étnica, basada en los pueblos originarios y sus trágicas experiencias de exterminio valorando su cultura y concepto de la naturaleza.

Fueguinos. Pueblos del extremo sur de lo que hoy es Chile y Argentina. Habitantes que con sus enormes volutas de fuego, pusieron en alerta a los navegantes que osaron bajar al sur del mundo. Pueblos con costumbres propias, lenguajes propios y culturas propias. Los fueguinos han tenido que soportar invasiones, la enajenación de su tierra, el encierro en zoológicos humanos, la degradación de su cultura. En su forzado encuentro con occidente, a diferencia de otros pueblos que han habitado el Cono Sur, a pesar de existir personas que pueden trazar sus raíces a ancestros indígenas fueguinos, el poder ha decidido designarlos como pueblos desaparecidos, extintos en una barbarie pasada de la que otros son culpables.

Pero los fueguinos están vivos. Su historia está viva y sigue siendo. En esta exposición, el artista Luciano García Echegoyen busca alertarnos, recordarnos de la presencia de los fueguinos con sus retratos tomados de fotografías antiguas de estos pueblos. Las pinturas al óleo que han resultado de este ejercicio de memoria conforman, a través de detalles, formas, colores y trazos, una genealogía sobre la contra historia de estas personas. Detalles que emergen con el tiempo, en la forma en la que miran, se ven, cómo incorporan elementos de sus invasores, son narración de las transformaciones que han vivido pueblos que se pretende dejar en un conveniente olvido. El artista nos invita a no olvidar, pero, sobre todo, a no abandonar. Porque la historia fueguina sigue viva, y, a pesar de todo, resiste. Su memoria nos interpela para ser rescatada, resignificada y revivida.