Fotografía: Álvaro Gauna Castillo

El pasado sábado 21 de julio, conmemorando un nuevo año desde la publicación de la “Lista de los 119”, también conocida como “Operación Colombo”, se realizó el primer homenaje de este 2018 a las figuras emblemáticas del Colectivo 119, en Casa Memoria José Domingo Cañas. Desde las 15 hrs. comenzó este homenaje conducido por el Colectivo 119, con la presencia de representantes de los Sitios de Memoria Londres 38 y Estadio Nacional, entre otras organizaciones de derechos Humanos y memoria.

Durante la actividad se relevó la memoria de los y las compañeras/os a través del relato de sus cercanos, como es el caso de Eliana Zamorano, madre de Luis, Rosa Acuña Castillo, hermana de Miguel Angel Acuña Castillo, joven de 19 años, estudiante del Pedagógico, dirigente del FER, militante del MIR; además de las memorias gremiales y sindicales durante el Periodo de la  Unidad Popular y la resistencia en Dictadura civico-militar con el relato de Alfonso Guerra, quien enfatizó en la necesidad en generar estas instancias de reflexión y relato, para profundizar desde su memoria individual, para enriquecer la memoria colectiva.

El homenaje contó con número artístico de danza a cargo de Ricardo, hijo de Berta Valdebenito Mendoza, la música del Grupo Lonquén, la guitarra de Claudio Rojas Aguilera y el canto de Monica Moises, compañera del Colectivo 119 Familiares y Compañeros.

En el marco de la jornada se señaló la importancia de que la lucha de los familiares y compañeros continúa y persiste, incluso a través de las nuevas generaciones. Al finalizar se realizó una emotiva velatón en memoria de los y las compañeras cuyos nombres fueron publicados en la lista de los 119, como un montaje realizado por la dictadura para encubrir su secuestro y desaparición en manos de agentes del Estado.

Fotografía: Álvaro Gauna Castillo

La Operación Colombo fue un operativo montado por la DINA en 1975, con la complicidad concertada de las dictaduras de Argentina y Brasil, para hacer creer a la opinión pública que 119 víctimas de desaparición forzada, habían sido ejecutadas por sus propios compañeros de militancia. El montaje fue rápidamente descubierto y desacreditado gracias a la persistencia de familiares y compañeros, que dieron cuenta públicamente que en realidad habían sido secuestrados por agentes del Estado, permaneciendo en calidad de detenidos desaparecidos.