A través de siete sesiones virtuales, que se extendieron desde 10 de mayo hasta el 28 de junio se desarrolló la quinta versión del Curso de Defensoras/es de Derechos Humanos encabezado por la Comisión de Educación de Casa Memoria José Domingo Cañas, quienes trabajaron en el diseño y ejecución de este espacio formativo. Alrededor de 18 personas participaron de estos encuentros, todas miembros de la sociedad civil e integrantes activas de diferentes organizaciones tales como la Comisión de DDHH del Colegio de Trabajadores Sociales de Concepción, Lof Ketroko Long Long, ONG We Kimun (Santa Bárbara y Alto Biobío), Fundación Positiva (Peñalolén), Brigada Newen (Macul), Cidsur y Colectivo Las Violetas (ambas de Temuco). 

El curso trazó una ruta temática dirigida a profundizar en conceptos claves dentro de la discusión y observación de los derechos humanos hoy. Para ello, la Comisión de Educación de Casa Memoria José Domingo Cañas abordó, entre otras materias, el marco general de DDHH, con el propósito de invitar a las/los asistentes a contrastar sus propias concepciones sobre el tema en relación con las nociones actuales, las cuales fueron analizadas desde la perspectiva de los principales debates y tensiones vigentes en este ámbito. Cabe señalar que la discusión sobre la definición de DDHH se articuló en base a tres ejes centrales: el concepto de dignidad, la relación persona/Estado y la mirada de los derechos humanos como conquistas sociales históricas. Gonzalo Zúñiga, integrante de la comisión y expositor del curso, comenta las razones por las cuales en este espacio pedagógico se invitó a las/los participantes a explorar una definición propia sobre los derechos humanos: 

“La conceptualización de los derechos humanos no es estática y decidimos trabajar en base a estos tres ejes (dignidad, relación persona/estado, derechos humanos como conquistas sociales históricas) para que las distintas personas que participaron pudieran posicionarse desde su experiencia. Por lo general, nos hace mucho sentido incentivar a que todos logren buscar ejemplos concretos a través de estos ejes para bajar una definición que puede ser un poco abstracta”.  

Este abordaje metodológico, permitió a lo largo de las sesiones que las/los participantes fueran clarificando, por ejemplo, que en la relación persona/Estado todas/os somos “sujetos de derecho” puntualiza Zúñiga. La recepción por parte del grupo fue interesante porque las/los asistentes comenzaron a introducirse cada vez más en el marco de los derechos humanos, a partir de la declaración universal, entendiendo que este es un concepto que va evolucionando en la medida que se acoge a ciertos contextos históricos particulares. Más allá de lo asociado a esta definición, el curso se fragmentó en exposiciones diversas, que implicaron detenerse a su vez en la definición de tortura y su vinculación con el presente, la función policial, el marco de defensoras/es de DDHH, el sistema de protección de DDHH y el autocuidado de equipos. 

La función policial como mirada prioritaria 

Uno de los temas que las/los asistentes más destacaron fue el módulo sobre función policial desarrollado en el curso por el experto Felipe González, oficial de DDHH del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los DDHH (ACNUDH), organismo con el que Casa Memoria se vincula hace años, a raíz del trabajo que se hace en el sitio respecto de la promoción y garantía de los derechos humanos. En ese sentido, uno de los requerimientos básicos asociados a la observación de derechos humanos tiene que ver, específicamente, con determinar cómo la policía actúa en el contexto de manifestaciones, en la gestión del orden público relacionado con su mantenimiento y restablecimiento. Los agentes del Estado que están llamados a cumplir esta labor son Carabineros de manera que en contexto de manifestaciones, ellos son el primer agente público al que hay que observar en relación a cómo hacen uso de la fuerza mediante qué requisitos y en vinculación a temas de derecho como el principio de legalidad, proporcionalidad, precaución, no discriminación y rendición de cuentas y la operacionalización de estándares internacionales en el uso de armas menos letales. Al respecto, Felipe González plantea: 

“Lo anterior es muy importante porque en la mayoría de los países donde se han vivido manifestaciones masivas exigiendo mayores accesos a la democracia, transparencia y reconocimientos de los derechos humanos, se ha visto que la policía gestiona las manifestaciones de una manera similar a través del uso de la fuerza, del uso de armas menos letales, de carros lanza-aguas, de agentes químicos, de ahí que entonces el apartado del curso tenga que ver con gestión de administraciones y uso de armas menos letales para el control de manifestaciones, con el objeto de aterrizar el contenido de los estándares más dogmáticos, aplicándolos más a la realidad sobre cómo, cuándo y dónde se pueden utilizar este tipo de armas menos letales y así los observadores puedan tener conocimiento respecto de cómo cotejar la conducta de la policía en la gestión del orden en relación al estándar internacional y ver, obviamente, si mediante esta conducta se están extralimitando del deber o si están actuando como deberían haber actuado en pos del mantenimiento y control del orden público”.  

Otro de los ítems abordados con las/los asistentes fue la importancia de comprender cómo recurrir a mecanismos de protección extranjeros en caso de verificar que se están incumpliendo los estándares de derechos humanos en materia del uso de la fuerza, de la regulación de la protesta social, entre otras.  

“Es muy importante tener en cuenta que los/las defensores/as no solo tienen que conocer las herramientas a nivel nacional sino también tienen que tener a disposición herramientas supranacionales, sobre todo cuando hay formas de urgencia en las cuales se debe recurrir a instancias internacionales, no esperando que exista una sentencia a nivel nacional que reconozca la violación de los derechos humanos, entonces poder recurrir a un relator, por ejemplo, de reunión pacífica, o un relator de tortura, o de detención arbitraria es una herramienta que se tiene que conocer, que se tiene que saber” señala González.  

Al respecto es importante señalar que la Comisión de Observadoras/es de DDHH de Casa Memoria José Domingo Cañas ha trabajado en esta línea desde el 2011, enviando a organismos internacionales “informes sombras”, que es el nombre otorgado a la documentación paralela evacuada por organizaciones de la Sociedad Civil a instancias extranjeras con facultades fiscalizadoras, con el propósito de revisar el comportamiento del Estado de Chile en determinadas acciones emprendidas en el contexto de las garantías de respeto y promoción de los derechos humanos. De ahí la importancia del curso en relevar estos contenidos y de haber invitado a participar a ACNUDH con Felipe González como expositor, para quien generar conciencia respecto de las herramientas que hoy existen a disposición en estas materias es, tremendamente, significativo en pos de avanzar en la defensa y promoción de los derechos fundamentales. Concluye González sobre la experiencia: 

“Encontrarse con gente que está dispuesta a escuchar temas que no son baladí, que requieren de atención y que estuvieron ahí desde las 19:00 hasta las 21:00 horas es admirable porque estuvieron siempre preguntando, sugiriendo respuestas, comentando y mi evaluación es super positiva. Es, por eso, que ya llevamos cinco ciclos y vamos por más, y todos los que sean necesarios para contar con el mayor impacto posible de cómo formar y capacitar a los próximos trabajadores de DDHH, porque la labor que tienen hoy sobre los derechos humanos es crítica sobre todo en el contexto de las manifestaciones actuales”.  

Voces participantes 

A lo largo del curso, las/los participantes fueron dialogando sobre sus perspectivas en materia de la defensa de los derechos humanos, rescatando varios de los contenidos tratados desde sus experiencias políticas. Miguel Ángel Rendón de Fundación Positiva, espacio que surge luego del homicidio frustrado a su hijo Luciano Rendón en contexto de violencia política durante el año 2012, comparte sus reflexiones sobre la experiencia:       

“Soy un aprendiz de los derechos humanos, ya entiendo que no basta saberse de memoria los 30 artículos de la declaración universal de los DDHH, sino que hay que operacionalizar este concepto y en ese sentido, todos los aportes fueron muy valiosos. Además, tuvieron la facilidad metodológica de incorporar comentarios, preguntas y observaciones que hacíamos los propios participantes, muchos de ellos, ya con experiencia como defensores y defensoras de derechos humanos”.

Ana María Guerrero, miembro de la Brigada Newen, que se articuló durante el año 2019 durante la revuelta social, trabajando en contexto de protesta para dar atención médica a las/los manifestantes caídos, expresa su mirada sobre el curso:  

“El tema que a mí más me llamó la atención fue cómo se criminaliza la protesta, no solo acá en Chile sino que a nivel sistémico siendo que es un hecho legítimo, un derecho ganado. En este curso, se hizo hincapié en la existencia del derecho a la manifestación, el cual es un pilar fundamental en el que nos podemos apoyar, porque va más allá de estar en la calle, implica tener la autoridad suficiente para enfrentarse a Carabineros, que cualquier día vulnera todos tus derechos. Hoy en día Carabineros tiene una autoridad increíble sobre la población que permite el abuso, la distorsión de ese poder, entonces el curso te entregó esa herramienta como para tener la seguridad sobre las maneras de denunciar, cómo generar organización para ello, los roles que hay que tener en el colectivo y lograr remecer, ya sea un gobierno, una sociedad, a una institución, a un organismo”. 

Por otro lado, Camila Beltrán del Colectivo Las Violetas de Temuco, agrupación integrada por psicólogas y asistentes sociales también originada durante la revuelta social, con objeto de brindar apoyo psicosocial a manifestantes, rescata la importancia de haber tratado el tema del autocuidado de equipos.

“Yo siento que en realidad todo fue complementando cosas que nosotros ya sabíamos, pero lo más importante es algo a lo que nunca le dimos suficiente importancia que es el tema del autocuidado porque uno hace las jornadas de autocuidado, pero en verdad no son tanto de autocuidado, entonces ese espacio, por lo menos a mí me llamó mucho la atención. Que se hablará del “burnout” (síndrome de agotamiento organizacional) de como el “burnout” no era un trastorno individual por decirlo de cierta manera sino que era algo colectivo porque creo que nunca lo habíamos hablado ni yo lo había visto así y tiene harto que ver con los procesos que después fuimos viviendo como Violetas, de disgregarnos un poco”.  

Jany Figueroa, de la Comisión de DDHH del Colegio de Trabajadoras Sociales provincial Concepción, subraya la relevancia de los materiales compartidos por Casa Memoria durante las sesiones además del tráfico de conocimientos respecto de la observación de derechos humanos en terreno:   

“Para mí lo más importante es que nos aportaron muchas herramientas para poder entender cómo se configuran las violaciones a los derechos humanos y cómo argumentar en el trabajo de observación y defensa. Además valoro los materiales que Casa Memoria nos entregó para ir desarrollando algunas acciones de observación concretamente en terreno, creo que ahí nos aportaron muchísimo para entender cómo se estructura, cómo se ordena, cómo se planifica el trabajo de observación. La experiencia de Casa Memoria en este ámbito para nosotros fue súper notable conocerla, porque no solo se trata de entender lo teórico sino que cómo se da esa experiencia en la práctica y eso lo plasmaron muy bien en el material y también en las conversaciones y discusiones que se activaron en las sesiones”.

 

Por Comunicaciones