Tras cuarenta años desde que agentes de la DINA arrojaron el cuerpo sin vida de Lumi Videla Moya en los jardines de la Embajada de Italia, en horas de la mañana de ayer se rindió homenaje a la vida, historia y trascendencia de esta destacada luchadora y dirigenta del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Poco a poco, y cercano al medio día de la mañana de ayer lunes 03 de noviembre de 2014, la calle Elena Blanco de la comuna de Providencia, fue testigo de cómo una multitud se reunía bajo una sola consigna: justicia y memoria. En el lugar, distintas organizaciones, compañeras y compañeros acompañaron a la familia de Lumi Videla Moya en la conmemoración de su lucha, que trascendió la muerte.
Dago, su hijo, fue quien comenzó este acto de homenaje reflexionando sobre el significado de los nombres y su trascendencia. En particular, compartió su propia interpretación del nombre de su madre: «Joven guerrera de la que emana luz». Luego de sus sentidas palabras, en las que también recordó a su padre, Sergio Pérez (detenido desaparecido), y a todos quienes luchan, se descubrió una placa conmemorativa que busca perpetuar la memoria en relación al espurio asesinato de Lumi. «Esta es nuestra víctoria, su historia viva, su trascendencia que es de todas y todos nosotros. La llama de su lucha sigue encendida», puntualizó Dago.
Tras realizar una petición formal a la alcaldesa de Providencia, Josefa Errázuriz, respecto al cambio de nombre de la calle por el de Lumi Videla Moya, se marchó en dirección a la animita erigida en su honor. En el lugar, entre consignas de verdad y justicia, se procedió a plantar un árbol en conmemoración de los 40 años de la ejecución de esta militante del MIR, a quien los cuervos de la dictadura asesinaron con tan solo 26 años.
Posterior a este simbólico gesto, se hizo ingreso a la embajada. Estado dentro del recinto , en una ceremonia encabezada por el actual embajador de Italia, el Sr. Marco Ricci, y contando con la presencia de su madre, su hijo Dago y sus nietas y nietos, se dio por inaugurado el «Jardín de cuatro olivos» en memoria de Lumi.
Junto con ello, se reconoció el importante rol que jugó Emilio Barbarani, ex-embajador de Italia, quien estando a la cabeza de esta sede diplomática abrió sus puertas para recibir a quienes eran perseguidos por la dictadura. En la ocasión, -y en representación del Gobierno de Chile- el ministro Álvaro Elizalde dirigió sentidas palabras secundadas por el canciller Heraldo Muñoz, para esta destacada militante del MIR. «Casos como el de Lumi nos hacen dar cuenta que no son las instituciones, sino las personas y su legado quienes trascienden a la historia», reflexionó el vocero de Gobierno.
Finalmente, y después de un paréntesis musical de la mano de Inti-illimani Histórico, tomó la palabra Lautaro Videla Moya, quien recordó con emocionadas palabras la consecuencia y valentía de su hermana. Posterior a este emotivo momento, se descubrió una escultura para perpetuar la memoria de Lumi y de todas y todos quienes cayeron bajo el horror de la dictadura.
Como Fundación 1367, queremos expresar nuestro compromiso con la petición realizada por la familia de Lumi en relación a acabar con la impunidad. En ese sentido, reiteramos el llamado a todas y todos los actores y autoridades responsables con esta deuda histórica pendiente no sólo con Lumi, Sergio y su familia, sino también con todo nuestro pueblo.