Fue detenida el 17 de septiembre de 1974, siendo llevada la casa de tortura de Lóndres 38 y la Venda Sexy. El 22 de septiembre es traslada a José Domingo Cañas, donde permanece hasta el 29 de ese mes.

Fue detenida por la DINA en el hospital JJ. Aguirre, donde trabajaba. Los primeros siete días estuvo incomunicada, sin una noción clara de tiempo , sufriendo de torturas en distinto grado(violación, quemaduras, lesiones, entre otros). Sus declaraciones posteriores dan cuenta del conflicto interno vivido en reclusión: “yo creo que yo no me daba permiso para sentir la angustia, el dolor y bueno, yo decía, otros sufren más”. La memoria de la reclusión al igual que en otros casos coincide en demostrar las expresiones de compañerismo entre presos, pese a todas las dificultades : “para los cumpleaños a falta de recursos mínimos nos servíamos las recetas de postres recortadas que aparecían en la revista Vanidades, la única que estaba a nuestro alcance”.

La relación familiar fue activa en la búsqueda. Durante cuarenta días, , la morgue, hospitales, y regimientos fueron los lugares visitados para hallar a Katia. Fue puesta en libertar luego del período mencionado, de ese momento Katia recuerda la recuperación de su mongómeri, cuya importancia radicaba en que el forro guardaba toda la información de lo vivido en prisión.

Fue exiliada a Francia hasta el año 1987, ahí desarrolló un profundo trabajo comprometido con el tratamiento de secuelas de tortura tanto de víctimos como de familiares. Su obra también tuvo expresión en la literatura “Tortura y Resistencia en Chile: Estudio Médico” y con el trabajo práctico en el organismo de Derechos Humanos CODEPU.

Su regreso coincidente con la visita del Papa en Chile, también trajo consigo una profunda depresión. Víctima de cáncer cerebral, falleció el 18 de Febrero de 2006.

Sus últimas reflexiones fueron: “Creía , creo y sigo creyendo en la humanidad a pesar de las experiencias tan inhumanas, injustas y persistencia de la impunidad. Tengo confianza, tengo fe en las generaciones futura, en lo que se podrá aprender de las experiencias traumáticas para que no se reproduzca esto y se construyan relaciones humanas igualitarias y justas sin diferencias ni discriminaciones.”